¿Qué son los cascos antibalas Nivel IIIA?
Los cascos antibalas Nivel IIIA son equipos de protección personal especialmente diseñados para ofrecer seguridad en situaciones de alto riesgo frente a impactos balísticos. Estos cascos son fundamentales para fuerzas policiales, militares y personal de seguridad privada expuesto a amenazas con armas de fuego.
Certificación y normativa técnica chilena
Para asegurar su efectividad, estos cascos deben cumplir estrictamente con la normativa técnica NIJ Standard 0106.01, específicamente en los apartados relacionados con niveles especiales y pruebas de penetración balística.
Esta certificación garantiza que los cascos puedan resistir proyectiles de municiones calibre 9 x 19 mm FMJ y .44 Magnum, proporcionando así una protección óptima en ambientes críticos.
Materiales de fabricación y peso
En términos de construcción, los cascos antibalas Nivel IIIA pueden estar fabricados en Aramida mezclada con resina termoplástica o acero balístico.
Los cascos de Aramida mezclada con resina termoplástica se destacan por su ligereza, con un peso aproximado de 1,3 kg, lo que permite una mayor movilidad y comodidad durante largas jornadas.
Por otro lado, los cascos fabricados en acero balístico ofrecen máxima protección con un peso de aproximadamente 2,2 kg, siendo ideales para operaciones breves pero intensas.
Además de ofrecer protección balística, estos cascos vienen equipados con monturas tipo Wilcox fabricadas en aluminio, útiles para la instalación de dispositivos ópticos y accesorios tácticos.
Asimismo, cuentan con rieles ARC para la colocación de cámaras, linternas y otros equipos esenciales para operaciones tácticas.
En esta tabla comparamos los diferentes tipos de cascos para que decidas cuál es el que más te conviene:
Accesorios para tu casco
La versatilidad de los cascos balísticos modernos también permite la incorporación de una amplia gama de accesorios que potencian aún más su funcionalidad en el terreno.
Entre los accesorios más frecuentes se encuentran las:
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Monturas para dispositivos de visión nocturna (NVG): Esenciales para operaciones en condiciones de poca luz.
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Rieles laterales ARC Rails: Facilitan la instalación de linternas, cámaras y sistemas de comunicación, aumentando considerablemente la capacidad operativa del usuario. Estos rieles están incluidos en el modelo Mich.
Adicionalmente, existen otros accesorios que si bien no son parte del casco, forman parte esencial de cualquier equipamiento táctico. Los principales son:
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Kit de equipamiento antidisturbios: El equipamiento antidisturbios ofrece protección uniforme y cómoda, con resistencia a impactos de alta energía. Está compuesto por segmentos independientes que protegen distintas partes del cuerpo: codos y antebrazos, brazos y espalda, genitales y pecho, manos, muslos, pechera, rodillas, canillas y empeines.
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Chalecos antibalas: Los chalecos antibalas están fabricados con diversos materiales, siendo las capas de Suplantar por Aramida mezclada con resina termoplástica muy populares por su bajo peso y resistente a la humedad y a los rayos UV. Siempre asegúrate que tu chaleco cuenta con el certificado de resistencia balística bajo Instituto de Investigaciones y Control (IDIC)
¿Cómo se garantiza la resistencia de un casco antibalas?
Para garantizar su resistencia, estos cascos se someten a pruebas exhaustivas bajo condiciones controladas. Las pruebas realizadas demuestran claramente su capacidad para resistir impactos frontales, posteriores y laterales, tanto derechos como izquierdos, con municiones de calibre 9 x 19 mm FMJ a velocidades cercanas a los 443 m/s, y .44 Magnum con velocidades próximas a los 437 m/s, sin permitir ningún traspaso del proyectil.
Vida útil de los cascos: ¿Cuándo hay que cambiarlos?
La vida útil de los cascos balísticos varía considerablemente según su material de fabricación y las condiciones de uso y almacenamiento. En el caso de los cascos fabricados en acero balístico, se recomienda una duración de hasta 8 años, dependiendo del uso y cuidado recibido.
Además, para asegurar la durabilidad y eficacia a largo plazo de estos cascos, es fundamental mantener ciertas prácticas adecuadas de cuidado y mantenimiento.
Se recomienda limpiarlos regularmente con un paño suave y húmedo, evitando siempre el uso de productos químicos agresivos que puedan deteriorar los materiales balísticos.
También es importante realizar inspecciones visuales periódicas para detectar posibles grietas, deformaciones o desgastes en las correas y sistemas de sujeción. El almacenamiento correcto implica mantenerlos en un lugar seco, protegido de la luz solar directa y lejos de temperaturas extremas que puedan comprometer su integridad estructural.
Por otro lado, los cascos elaborados con materiales compuestos como Aramida mezclada con resina termoplástica tienen una duración que puede variar según las recomendaciones específicas del fabricante. Es crucial estar atento a indicios de deterioro, tales como fisuras, deformaciones o daños en los sistemas de sujeción, que puedan poner en riesgo la seguridad del usuario.
El Instituto Nacional de Justicia (NIJ) recomienda que los cascos balísticos se reemplacen oportunamente ante cualquier daño significativo o al finalizar la vida útil recomendada, para asegurar en todo momento la máxima protección posible.
Conclusión
En conclusión, los cascos antibalas Nivel IIIA están especialmente indicados para operativos policiales y militares, protección en servicios de seguridad privada en zonas de alto riesgo, y situaciones de emergencia donde exista un peligro real de ataques con armas de fuego. Incorporar estos conocimientos en la selección y uso de este equipo permite garantizar una protección efectiva y confiable frente a diversas amenazas.
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